Hoy os traigo una nurialidad para que las hagan los peques de la casa. Es muy sencilla y os quedará un regalo muy bonito y útil.
- Taza de cerámica blanca
- Cinta de pintor
- Rotuladores cerámicos
Tapar con trozos de cinta de pintor la parte de la taza que no queréis que quede pintada. Yo lo que hice fue dejar un rectángulo en uno de los lados de la taza. Con rotuladores cerámicos, dejad que los niños pinten como quieran, cuanto más abstracto mejor. Mis rotuladores son de la marca Edding pero hay muchas otras que seguro que os irán bien, sobretodo aseguraos de que son para pintar cerámica. Precalentar el horno arriba y abajo según las instrucciones de los rotuladores (en mi caso 160ºC). Retirar la cinta de pintor y dejar secar 15 minutos. Si observáis que se ha escurrido un poco de tinta en algún sitio, se puede limpiar pasando un bastoncillo de las orejas ligeramente mojado en alcohol. Poner la taza en el horno y «cocerla» unos 90 minutos. Según las instrucciones de los rotuladores que yo utilicé, con 25 minutos ya es suficiente pero mi experiencia es que se necesitan muchos más. Podéis probar de sacar la taza a los 25 minutos y si cuando esté fría rascando con la uña se levanta la pintura, la volvéis a meter en el horno unos minutos más. Una vez lista, dejar enfriar bien, lavar para quitar restos que puedan haber…y ya tenéis el regalo! Esta de la foto la hizo mi hijo Toni, de 2 años!
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