Aquí os dejo una idea muy pero que muy sencilla pero muy bonita: unas piñas albinas! Solo necesitáis dos ingredientes: lejía y una piña!
Poner lejía en un bol o en un vaso de manera que la piña quede completamente sumergida (utilizad guantes). Observaréis que la piña flota así que tendréis que poner algún tipo de un peso para evitarlo. En el caso de la fotografía me las apañé con unas pinzas de tender la ropa pero también blanqueé una piña mucho más grande que tuve que ponerle un bol encima para sumergirla completamente.
Una vez sumergida observaréis que en pocas horas se cierra completamente. No os asustéis, es normal. Dejarla en lejía 24h, cogerla y enjuagarla con agua abundante. Dejarla a l’aire libre unos días. Veréis que a medida que se va secando, se va abriendo. Si la comparáis con una piña normal podréis ver la diferencia!! Si utilizáis piñas grandes (yo blanqueé una de 20cm) necesitaréis más horas en lejía (dejadla hasta que la veáis completamente blanca; quizás tendréis que darle media vuelta) y más días para que se abra completamente.
Yo las tengo de decoración en un centro de mesa pero seguro que podéis utilizarlas en Navidad para hacer regalos! Por ejemplo, probad de ponerle una cinta plateada y otra roja alrededor como si fuera una guirnalda y una estrellita de plástico o metal en la punta! Parecerá una árbol de Navidad nevado! 🙂
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